martes, 27 de junio de 2017

Los maestros, esos ángeles...

Esta mañana, mi madre (maestra por vocación), me ha enviado un whatsapp en el que se habla sobre los docentes. Y muy bien, por cierto. Se acerca el 30 de junio y la frase reina de la temporada es tal que: "Los maestros sí que viven bien, sí. Dos meses de vacaciones y, total, sólo trabajan por las mañanas y no madrugan".
Voy a abstenerme de escribir lo que pienso sobre este tipo de comentarios porque, como ya sabéis, en este blog no aparecen "palabrotas" y me iba a despachar a gusto. Pero bueno, si alguno de vosotros sois de los que opina así, me siento en la obligación de deciros que este es el momento para hacer la matrícula en Magisterio y, ¡hala!, ya me contaréis en unos años a ver cómo os va la experiencia.

¿Os he comentado alguna vez que soy hija de maestros? Pues así es, soy hija de maestros, y es algo de lo que estoy muy orgullosa porque siempre me ha parecido una de las profesiones más complicadas que hay (bueno, la docencia en general). Y que nadie se me enfade, ya sé que cada una tiene su cara bonita y su cara fea pero, la sociedad en la que vivimos, ¿es realmente consciente de la labor que desarrolla un docente? ¿Se da cuenta de la responsabilidad que tienen esas personas? Decidme una sola profesión en la que se influya tanto, como en la de magisterio, sobre el futuro de una persona (y no vale la de médico, que ya sé que un buen o mal diagnóstico puede salvarte o matarte).

Son ellos (la seño, el profe) los que nos enseñan a leer, a escribir, a razonar, a ser creativos, a compartir, a respetar, a sacar lo mejor de nosotros, a controlar nuestros impulsos, a destacar en esa aptitud que parece que sólo ellos saben ver nada más conocernos un poquito; son ellos los que detectan si algo falla y ponen todos los recursos, de los que disponen (incluso se inventan alguno si es necesario), en funcionamiento para solucionar el problema detectado. En fin, son esos ángeles que nos guían de la mano durante los primeros años de nuestra vida construyendo unos sólidos cimientos sobre los que, más tarde, terminaremos de formarnos como personas. Preguntad a cualquier niño, entre 3 y 10 años, a ver a qué cole va y cómo se llama su "seño", os puedo asegurar que el 80% de ellos os van a contestar con una sonrisa en la cara, porque pensar en esa persona (su ángel durante ese curso) les traslada a momentos de felicidad.

Yo, si soy lo que soy y como soy, de acuerdo que se lo debo a mis padres por la educación que me dieron en casa pero, mis maestros aportaron mucho, mucho, muchísimo a ese desarrollo para convertirme en esta persona que os escribe, os lo garantizo. Y a vosotros, ¿no os ha pasado lo mismo?

miércoles, 21 de junio de 2017

Sin que sirva de precedente, ahí van unos consejos para combatir el calor

Sí, ya lo sé, ya sé que estáis hartos de oír hablar del calor, de las altas temperaturas, del cambio climático, bla, bla, bla... y, para ser sincera, en ningún momento se me pasó por la cabeza escribir en este blog sobre el tema, pero últimamente, el personal me está dando algún que otro susto (que prefiero ahorrarme) así que voy a escribir unos consejos, que probablemente todos conocéis, pero no está de más recordar.

- Bebed agua en abundancia, ya sé que lo más apetecible es una caña bien fresquita (o un vinito blanco recién sacado de la nevera, en mi caso), pero, por favor, bebamos agua, hidratémonos con agua. El alcohol provoca que perdamos más líquidos corporales cuando lo que buscamos es todo lo contrario.

- Evitad tomar cafeína (sí, soy consciente de lo que acabo de escribir, pero ¿qué queréis? "consejos te daré que para mí no tendré", aunque en mi defensa os comentaré que he reducido la toma de café de 6 a 2, más no me pidáis porque entonces os muerdo). Agua, bebed agua.

- Si os gusta hacer deporte, madrugad y realizarlo temprano (temprano, tempranísimo). A primera hora es lo ideal (6:30h o 7:00h). Y aprovecho este punto para declararme fan incondicional de los que me hagáis caso en ésto, ¡ole vosotros!

- Evitad las comidas copiosas y con mucha grasa. Lo más apetecible en estos días son las frutas y verduras, ¿no os parece? Podemos aprovechar para ser creativos en la cocina inventando nuevas recetas de ensaladas. Sobra deciros que la lombarda, aún siendo verdura, no es un alimento nada saludable para la humanidad, ni ahora ni nunca. Repetid conmigo, ¡no a la lombarda! ¡Por un mundo sin lombardas!

- Mantened bajadas las persianas de casa durante las horas de sol, ya las subiréis y ventilaréis el hogar, por la noche, cuando parece que se intuye un poco de aire fresco.

- Usad crema protectora (cada uno la que crea conveniente, pero a mi parecer nunca debería ser menor al factor de protección 30). Estamos muy equivocados con este tema, protegerse ayuda a que el bronceado permanezca durante más tiempo, a pesar de lo que mucha gente opina (entre ella, mis amigas, es la eterna guerra que libro cada año con ellas y en la que no me doy, ni me daré, por vencida).

- Evitad la exposición al sol en las horas centrales del día (de 11h. a 17h.), no me negaréis que vuestros cuerpos no agradecen la sombra de un árbol, sombrilla, toldo... en esas horas de más calor.

- Ojo con el aire acondicionado y los cambios bruscos de temperatura, debemos ir pasando progresivamente de un extremo al otro, a menos que queramos salir de un bar en el que estamos tomando algo con unas amigas y nos caigamos redondas dando un susto tremendo a los espectadores de la función.

- Poneos ropa ligera y de colores claros. A poder ser que nos quede sueltita. Y no olvidemos los complementos tan monos que hay ahora, y se deben convertir en nuestros amigos inseparables, gorros, pañuelos para el pelo, gafas de sol...

- Si vuestra abuela tiene un jardín en su casa, repleto de flores variadas, y os deja a su cuidado durante dos meses, regadlo al anochecer, ya veréis lo contenta que se pone cuando regrese a su casa y vea lo hermosas que están esas hortensias, esos rosales y esos yo qué sé cómo se llaman (a mí preguntadme por las margaritas). Y si no os gusta la jardinería, regádselo al mediodía (que es cuando tenéis tiempo) así le quemaréis todas y cada una de las plantas de ese jardín, pasarán años hasta que vuelva a confiaros esa tarea y, al menos, os desentenderéis de las flores durante unos años.

Bebed agua y más agua y más agua, por favor. Hacedme caso, en serio, no cuesta nada y es por nuestro bien. ¡¡BEBED AGUA!!


lunes, 12 de junio de 2017

Sorbos de realidad bla, bla, bla...

Hace dos meses, rellené estos bocadillos de la imagen y los puse en mi estado del whatsapp. Entonces (al igual que hoy), necesitaba unos sorbos de realidad, y qué mejor modo de metérmelos en mi cabecita que escribiéndolos. Tuvo mucho éxito, al parecer, somos muchos los que necesitamos un zarandeo de vez en cuando para recordarnos que el tiempo no se le debiera regalar a cualquiera, si ese cualquiera no nos dedica ni un segundo del suyo. ¿Por qué nos valoramos tan poco, a veces?

Y es que la realidad es bien sencilla, ¿no os parece? Otra cosa diferente es que no queramos entenderla porque duele y sea más cómodo hacerse los tontos. Cuando hay interés y se quiere, se hará todo lo posible por poder (yo lo he hecho, más veces de las que debiera, pero bueno, tampoco voy a torturarme por aquello porque si en aquel momento decidí regalar mi tiempo es porque estaba convencida de que hacía lo correcto), lo demás, excusas. Es así, nos guste o no. Que supongo no nos gustará.

Decidme, ¿hay algo más valioso que el tiempo? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué nos empeñamos en malgastarlo en el lugar equivocado y con las personas equivocadas? Mirad que la vida se pasa en un suspiro y cuando queramos darnos cuenta, aquellas personas a las que no prestábamos atención porque estábamos convencidos de que las teníamos se habrán marchado y, será demasiado tarde para recuperar el tiempo que (por idiotas) perdimos con quien no debimos.



viernes, 9 de junio de 2017

Hoy he aprendido la diferencia entre ostia y hostia

Nota antes de comenzar y que nada tiene que ver con el post pero tengo que pregonarlo a los cuatro vientos: Hoy he comido lombarda, sí, sí, lo que leéis... HOY HE COMIDO LOMBARDA. Y si os lo preguntáis, no, no ha sido una experiencia grata. Una y no más.

Si seguís esta tontuna mía de escribir un blog (cosa que empezó como entretenimiento para que mi baja se hiciera un poco más amena pero, no sé cómo ni cómo no, aquello ya pasó y aquí sigo) sabréis que nunca (bueno, casi nunca) escribo palabras malsonantes. Hoy, haremos una excepción, pues he aprendido la diferencia entre "ostia" y "hostia".

Vosotros, ¿cuándo utilizáis una u otra? Yo, siempre me he referido a "hostia" como la hostia consagrada, y a "ostia" como golpe. Pero resulta que esta mañana, mientras comía con mi amiga Naty, hemos tenido la siguiente conversación:
- He comido lombarda, ¡ésto es la ostia!
- ¿Esa hostia cómo es? ¿con "h" o sin "h"?
- Sin "h", con "h" solo es la hostia consagrada.
- Pues no, Sarita, vos estás equivocada y te lo voy a demostrar.

Dos minutos más tarde, me estaba mostrando con su móvil lo siguiente:
"Habitualmente se puede encontrar la palabra 'ostia' escrita con el significado vulgar y malsonante de "golpe, trastazo o bofetada" o acompañado de 'mala' para denotar intenciones negativas. Sin embargo, estos usos están mal escritos, pues el término 'ostia' (sin la h-) es únicamente un sinónimo del molusco "ostra".
Por lo tanto, esta famosa y habitual expresión malsonante comparte la forma 'hostia' con su significado original, que según la RAE no es otro que el de "hoja redonda y delgada de pan ácimo, que se consagra en la misa y con la que se comulga". En consecuencia, siempre que no estemos haciendo referencia al citado animal marino deberemos utilizar la palabra 'hostia'."
Por lo tanto, hoy he aprendido que si algún día estoy embarazada y se me antojan OSTIAS, más vale que me las coma todas, aunque al verlas me muera del asco, si no quiero que la persona que haya tenido que salir de casa para cumplirme el caprichito tenga que reprimir las ganas de darme una HOSTIA al escuchar cómo le digo que ya no me apetece comer OSTIAS porque están vivas y a lo mejor al bebé le sientan como una HOSTIA.