sábado, 25 de marzo de 2017

Cortes de pelo con espectáculo incluido

Ayer, me cagó una paloma. (Haced una pausa de 2 o 3 segundos antes de seguir leyendo). Sí, así fue. (Otra pausa, venga. Y luego ya os dejo que sigáis leyendo del tirón). Me cagó una de esas ratas voladoras. Después, me cagué yo en ella, pero lo mío fue solo verbal, nada escatológico. ¿Qué probabilidades hay de que te cague un pájaro? A mí, nunca me había pasado hasta ayer, y ya voy siendo una jóven-adulta que nos llaman ahora.
Hala, ya está, ahora que todos sabéis lo bien que me llevo con los animales que tienen plumas (no sé si os acordáis, pero no hace mucho me picó un pato), vayamos al tema que nos va a ocupar hoy, porque mi vida últimamente es una comedia constante.

Esta mañana he ido a la peluquería. Os enseñaría una foto para que viérais lo guapa que estoy, pero soy muy tímida así que váis a tener que creerme sin pruebas. Estaba Lucía (mi peluquera) secándole el pelo a una chica, y yo revisando Twitter mientras las mechas hacían su función en mi pelo, cuando ha entrado un señor (no muy mayor) con un aspirador en la mano. Todo muy normal hasta que ha empezado a hablar. Al parecer, no tenía intención de coger cita, ni peinarse, no. Venía de la tienda de electrodomésticos que hay al lado del local de Lucía, porque había llevado a reparar esa especie de vaporeta y quería que le dejaran aspirar los pelos a ver si funcionaba correctamente. En un principio, nos hemos reído las tres y Lucía le ha dicho: "¡Claro, hombre! Y luego te llevo para mi casa, así me la limpias también". Pero cuando hemos visto que aquel se ponía a buscar un enchufe y a sacar las boquillas del aspirador dispuesto a aspirar pelos, yo, me he empezado a poner un poco tensa. Lucía le ha dicho: "Pero, ¿qué haces tío?" "Sólo es un momento, pruebo estos tres chismes y me voy. Es que si no funciona se la llevo otra vez, porque me han cobrado 50 pavos por arreglarla" le ha contestado él mientras metía el cable en un enchufe de la pared.

La otra chica y yo, nos mirábamos sin saber muy bien si reir, llorar, salir corriendo o ayudarle a limpiar. Entonces, Lucía se ha enfadado y le ha pedido que por favor recogiera todo y se marchara si no quería que llamara a la policía. Al tipo, sin embargo, le debía dar lo mismo porque le ha pedido a la otra chica que se levantara para aspirar los pelos que le había cortado antes de que él llegara, y allá que se ha puesto a limpiar ja, ja, ja. Entonces, me ha entrado la risa (esta vez nerviosa porque el señor bien del todo no estaba y, aunque no parecía agresivo, cualquiera sabía). Lucía, le ha desenchufado el cable y le ha recogido todo de muy mal humor, cuando le suelta: "No me extraña que estés soltera, eres mala, ¡mala! Voy a ver si el frutero me deja probarlo", y se ha marchado tan tranquilo, según llegó, se fue.

Por eso os decía que estoy muy guapa, porque para haber tenido el tinte de las mechas un cuarto de hora más de la cuenta, y haberme cortado y peinado el pelo unas manos temblorosas porque muy valientes las tres pero muertas de miedo por dentro, me ha quedado fenomenal. Lucía es la mejor peluquera del mundo ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario