martes, 28 de febrero de 2017

Lo confieso, no sé hacer huevos fritos

¿Os consideráis buenos cocineros? Yo pensaba que sí lo era (de hecho, he asistido a varios cursos de cocina porque me encanta enfrascarme entre ollas y sartenes), pero al parecer no ja, ja, ja... ¿Y qué me ha hecho entrar en la duda? el pequeño detalle de haber recibido un regalo por correo, un libro titulado "Cocina para inútiles (esta palabra tachada) no iniciados", cuyos remitentes son unos amigos a los que invité a comer, hace unos días. ¿Seréis cobardes? No os habéis atrevido a traérmelo en persona a mi casa, por si os obligaba a quedaros a comer otra vez, ¿eh? ja, ja, ja...

                                             

Pensándolo detenidamente, es posible que los haya impulsado a regalármelo el hecho de comentarles que yo no sé hacer un huevo frito (dadme dos minutos y os cuento el motivo). Sí, sí, de veras, puedo preparar un guiso, pescado/carne al horno, aguacates rellenos, unas berenjenas rellenas (éste es mi plato estrella), cualquier cosa menos a satanás hecho alimento, o sea, lombarda; pero no me pidáis que os haga un huevo frito, porque he visto guerras en las que la pólvora es menos peligrosa que yo en esa situación.

De ésto, hace ya tiempo, más de una década. Mis abuelos, por entonces, vivían en un pueblo cercano a Ponferrada. Yo, acababa de llegar a estas tierras bercianas y cada fin de semana iba a verlos a Cobrana. Me daban verduras, y huevos frescos que ponían sus gallinas, ¡cómo añoro aquellos años!

Una noche, estando sola en casa, me dispuse a freir un huevo (mi abuela me había advertido "son muy frescos, ten cuidado cuando los vayas a utilizar"). Calenté el aceite en una sartén, coloqué el huevo (fresco, ¡jopelas si estaba fresco!) en un plato, le eché una pizca de sal y, luego, ¡a la sartén! Comenzó entonces la guerra de los mundos, aquello saltaba para todos los lados, me agaché para coger, del cajón, una tapa y usarla a modo de escudo, pero cuando me incorporé, ¡el huevo no estaba en la sartén! ¿Dónde se había ido? No lo veía. Esto era una coña, ¿desde cuándo los huevos se evaporaban? Lo busqué (entre un ataque de risa y de tenso-agresividad) por la vitro, la pared, incluso en el suelo, y no aparecía. Lo dejé por imposible (mi Ángel de la Guarda, estaba hambriento ese día y se lo había zampado). Recogí todo, cabreada con el aceite, las gallinas, las sartenes y el mundo en general; cuando de repente, estando limpiando toda la grasa de la vitro, oigo "¡choff!" y veo al huevo caer sobre mi brazo haciendo puenting desde la campana. ¡Ay la Virgen! ¡Había saltado de la sartén al extractor y estaba ahí enganchado! Entonces sí, disminuyó mi enfado y, ¡cómo no! me dio un ataque de risa. Aquel fue el último día que intenté freir un huevo, por eso no sé hacerlo, porque llevo más de una década sin ponerme a ello. ¡Eso sí, gustarme, me gustan! pero me los tienen que freir ja, ja, ja...


jueves, 23 de febrero de 2017

Demasiado tiempo ya

Al principio, incluso se agradece, unas semanas de descanso para dedicar a lo que quieras, bueno, lo que quieras, lo que quieras... más bien a lo que puedas (ni recuerdo la última ocasión en la que había podido disfrutar de tres semanas seguidas descansando de la odontología. Y no me malinterpretéis, cuando decidí dedicarme a ésto era totalmente consciente de lo que implicaba. Confieso, de hecho, que adoro mi profesión); pero pasa una quincena, un mes, otro, y oyes en tu cabeza las palabras que en su día no quisiste escuchar porque te parecía que la cirujana exageraba: "Ahora paciencia, Sara, tres meses por delante para descansar. Tómatelo como si fueran unas vacaciones".

Como habréis observado, a este blog no se viene a protestar, ni quejarse, se viene a pasar un rato entretenido; así que, ¡fuera lamentaciones! y os voy a hacer una lista de los "pros" y "contras" que le encuentro yo a esto de que te frenen en seco, durante 3 meses, cuando eres una persona muy activa. De todo se aprende.

Ventajas:

- He conocido a gente muy maja en rehabilitación, me río mucho con ellos; porque total, si estamos fastidiados (ya sabéis que en este blog no se dicen palabras malsonantes, si no, escribiría jodidos) al menos, sacarle el lado humorístico a la situación. De veras que esas personas consiguen que los dolores se camuflen entre carcajadas.

- He abierto un blog y, a pesar de no saber escribir, he perdido la poca vergüenza que tenía; y aquí me hallo aireando mi vida en este patio de recreo.

- Mis compañeros de baile (no sé si os he comentado alguna vez que voy a clase de baile) se están librando de algún que otro pisotón, y mirada asesina cuando soy yo la que los recibe.

- Estoy aprovechando para pasear por mi ciudad y disfrutar, con mis amigas, al solecito de una terraza. Si visitáis el Bierzo, avisadme, ahora mismo soy la guía gastronómica de pinchos, de Ponferrada, más fiable que existe. Podéis elegir zona, Rosaleda, Fernando Miranda, Zona Alta, lo que queráis, no tenéis mas que preguntarme.

- Tengo a mis padres cerca, no a 800 kilómetros que es la distancia que nos separa habitualmente. Creo que cuando ya esté bien voy a seguir haciéndome la tullida para que no se marchen todavía ja, ja, ja...

- Devoro libros hasta bien entrada la madrugada, sin tener mala conciencia por saber que el despertador va a sonar temprano y no habré descansado lo suficiente.

Inconvenientes:

- Echo de menos a mis pacientes, a mis compañeros, y los buenos ratos que pasamos todos juntos.

- Me han metido dos veces en quirófano, con su correspondiente anestesia, y no estoy segura de no haber soltado por mi boquita alguna barbaridad. ¡No veáis de qué manera desinhiben esos anestésicos! Te sientes muy vulnerable hasta que te dan un chute y pasas a ser la reina de la fiesta, ¡y encima estás en pelotas!

- Me estoy transformando en una yonki de Twitter, Facebook, Instagram y demás familia. ¿Qué hacer en esos momentos ociosos del día (que también los hay)? Pues móvil en mano y de red social, en red social.

- No puedo coger el coche, y comenzar a conducir sin rumbo fijo, para llegar a algún sitio maravilloso en el que poder recrearme con su paisaje, recorrer su ruta de senderismo o simplemente observar a los lugareños mientras bebo una coca cola (ésta, es una de las cosas que más echo de menos; y es que, viviendo en Ponferrada ponga rumbo a donde lo ponga, voy a llegar a algún lugar espectacular en el que perderme sola durante un rato).



domingo, 19 de febrero de 2017

No vayáis al fútbol con tacones

¿A vosotros os gusta el fútbol? a mí sí, casi tanto como leer y un poquito más que las motos. Fijaos si me gustará, que mis equipos son el Valencia y la Deportiva Ponferradina, (de esta última, soy socia desde hace unos cuantos años) y sigo fiel a ellos a pesar de lo que me hacen sufrir, que últimamente es mucho, por cierto. Pero no vamos a hablar de fútbol, no. Os voy a relatar el motivo por el que a mi amiga Loly (con "y" que si no se enfada) y a mí, nos ha dado un ataque de risa cuando nos estaban cacheando para entrar al campo de fútbol, y tampoco es que tengamos cosquillas, bueno, sí, pero no. Aunque antes, quiero aclarar que la protagonista de la historia está en su sano juicio, que no tiene ningún  trastorno mental, porque la conozco.

Primero he pasado yo, hasta ahí todo bien, y cuando esperaba por mi amiga, pues la estaban cacheando a ella, me ha dado por mirar a la señora que tenía a mi lado. El día que al karma le de por devolvérmelas todas juntas, me va a faltar vida para que se rian de mí, porque ni corta ni perezosa me ha salido del alma un "Mira Loly, jajajajajajajaja", y es que la pobre mujer ¡¡¡llevaba un zapato de cada modelo!!! Pero lo curioso del tema, es que uno era de cuña, y el otro de tacón y con cordones. ¡Como no me iba a reir, lo raro es que no la señalara inconscientemente, también! Si mi risa es de todo menos discreta, la de Loly no se queda atrás. Para acallar a mi conciencia, el diablillo que vive sobre mi hombro izquierdo me ha dicho que la señora ni se enteró del motivo de nuestras risas. Al angelillo que vive sobre mi hombro derecho, lo tengo bastante cabreado hoy.

Y ahora, que os escribo, yo me pregunto:

- ¿Cómo es posible que salgas de tu casa con un zapato de cada modelo? Porque todas nos hemos probado varios zapatos para comprabar con cuál estamos más monas, pero una vez que nos decantamos por uno, el otro nos lo quitamos, ¿o no?

- ¿Cómo es posible que no te des cuenta de que en un zapato te atas unos cordones que en el otro no existen? ¿Se ataría la bufanda, al cuello, en ese momento y su cerebro le haría creer que se había atado dos zapatos?

-Y, finalmente, ¿cómo es posible que camines bien si en un lado tienes tacón y en el otro cuña? Porque teníais que verla caminar jajajajajajaja... ¡que Dios me perdone pero es que no puedo! Jajajajaja... la visualizo y es superior a mis fuerzas contener las carcajadas jajajajajajaja...

Así que, os voy a dar un consejo para quien lo quiera tomar. Nunca os probéis dos zapatos diferentes a la vez (y si lo hacéis, al menos, tened a mano un bolso que combine con alguno de ellos), porque a lo mejor en ese momento se os cierra la puerta de casa, os quedáis sin llaves, tenéis que ir al campo de fútbol a buscar a vuestra pareja para poder entrar en el hogar con sus llaves y, lo peor, os cruzáis con una bruja como yo que se va a estar riendo de vosotros durante varias semanas. (Tuvo que ocurrir algo así, porque otra explicación no le encuentro)


jueves, 16 de febrero de 2017

Entre lágrimas y risas

¿Vosotros lloráis mucho? Yo, normalmente sólo lo hago cuando estoy muy estresada, es el mecanismo que emplea mi cuerpo para deshacerse de toda esa tensión. Y digo normalmente, porque durante las últimas 30 horas he derramado más lágrimas que en todo el año pasado. Unas por dolor, éstas me caían solas, yo no quería pero se deslizaban sin querer por mis mejillas; otras por impotencia al saber que algo va mal, que no es normal, que lo digas y te lo nieguen intentando convencerte de lo contrario; y también de risa. Esta noche, a toro casi pasado, vamos a quedarnos sólo con las que fueron derramadas por la risa.

Ayer por la tarde, estando con una mano medio inutilizada porque era incapaz de hacer los movimientos de la articulación de la muñeca por sí misma, y con la otra casi inmóvil por los dolores que le estaba provocando una vía mal colocada, me vibró el teléfono móvil. No tenía intención de contestar, no era momento ni lugar, pero a la tercera llamada y con tanta insistencia, descolgué. Puse el manos libres por razones obvias que os he comentado tres renglones más arriba y la conversación fue algo así.

- ¿Diga?

- Hola, ¿me pasas con tu mamá?

- ¿Perdona? (Lo gracioso es que mi madre estaba justo a mi lado).

- ¿Puedo hablar con tu mamá?

- ¿Me estás vacilando? ¿Te estás riendo de mí o...? no entiendo nada.

- Quiero hablar con (aquí dijo mi nombre) llamo de (una empresa que tampoco voy a nombrar).

- Soy yo.

- ¿De verdad? ¿Eres mayor de edad?

- Y tú, ¿eres una persona normal? (Entonces, mi madre que llevaba riéndose por lo bajo desde la segunda frase me lanzó una mirada de regaño).

- Disculpa, es que tienes una vocecita... pareces una niña pequeña. Ya te lo habrán dicho más veces.

- Mira, si no te importa, en este momento no puedo atenderte. No voy a hacerte perder el tiempo ni que me lo hagas perder a mí. Gracias.

- Espera, escúchame primero, es un momento. Sólo quiero ofrecerte un seguro de manos muy completo, que te puede interesar por la profesión que ejerces.

- ¡Ay la Virgen!

- Incluiría...

- Si se entera tu jefe de que me has llamado niña y  me quieres vender un seguro de manos en la situación en la que me encuentro ahora mismo, ya puedes ir preparando el currículum y empezar a repartirlo. No me interesa, gracias. (Y colgué)

Entonces, mi madre me miró, y por primera vez en muchas horas las lágrimas que resbalaban por mis mejillas eran de risa. ¿Cómo puede una comercial tratar así a un potencial cliente?

domingo, 12 de febrero de 2017

Descubriendo mi Trastorno de personalidad musical

Hoy, he sido consciente de que musicalmente hablando soy una triste ja, ja, ja (aparte de tener trastorno de personalidad musical, porque me fascina desde Cecilia hasta Muse, pasando por La guardia). Si os detenéis un momento a leer las letras de las canciones que más me gustan, salvo alguna excepción, la mayoría dan ganas de ponerse a llorar y no parar; no por el conjunto musical, entiéndase, si no por el mensaje.

Aquí, una que se las da de, bueno, mejor no os voy a decir de qué me las doy respecto a la música. Os mostraré una lista con alguno de los cantantes que consiguen que deje de hacer lo que me ocupe en ese momento, para comenzar a cantar con ellos si los escucho, me encuentre donde me encuentre, y opinad vosotros mismos de qué me las puedo dar ja, ja, ja...

Bon Jovi con A bed of roses

Pink con Try

Muse con Resistance

La fuga con Malos pensamientos

Guns n roses con November rain

It's raining men, ésta me es indiferente quién la versione. Aquí, me pongo a cantar y a bailar si se puede

Fito y los fitipaldis con Se me ponen rojitas las orejas

La 5° estación con La frase tonta de la semana

Paul McCartney con This never happened before

Jeanette con Frente a frente

Katy perry con The one that got away

La guardia con Cartas en el cajón

Joaquín Sabina con A la orilla de la chimenea

Manic street preachers con Postcards from a young man

Roxette con It must have been love

Amaral con Botas de terciopelo

Abba con The winner takes it all

Cecilia con Un ramito de violetas

Damien Rice con The blower's daughter

Y, a vosotros, ¿qué tipo de música os gusta más? A mí, aunque lo disimule muy bien, de veras os aseguro que la rock es la que me resulta más atractiva.

sábado, 11 de febrero de 2017

¿Alguna vez os ha picado un pato?


¿Alguna vez os ha picado un pato? A mí sí, ayer. Muy monos, muy lindos, muy amorosos pero, ¡vaya con el pato asesino! La sensación, más que de picotazo, fue como si me hubiera mordido, en serio, ya sé que no puede ser pero...

El ejercicio que realizo últimamente podría decirse que es inexistente (tampoco es que antes hiciera triatlón, pero bueno, iba cada semana a mis clases de baile y salía a caminar  con mi amiga Naty, casi todos los días). Ayer, en un arrebato de vida sana, se me ocurrió madrugar e ir a dar un paseo por el parque. ¡Ay si llego a saber que el objeto de las risas esta vez iba a ser yo!

Llevaba paso ligero, pero cuando llegué al estanque de los patos, los vi tan monos que no opuse resistencia a mi deseo de hacerles una foto (sí, lo sé, lo sé, no me digáis nada. Porque en este blog no se escriben palabrotas, si no, diría que soy una auténtica imbécil). Me agaché, me arrimé al agua, y cuando estaba enfocándolos con el móvil uno de ellos se me acerco por el lateral y me mordió el dedo meñique, de la mano derecha. Así, sin previo aviso, gratuitamente. Seguro que si les llego a hacer la foto a las 20h, cuando todos los jubilados los han empachado con mendrugos de pan, no me hubiera pasado nada.

Así que, os voy a dar unos consejos para quien los quiera tomar:

- No le hagáis fotos a un pato cuando esté acompañado de otros, porque tal vez entre esos esté infiltrado El Patito Feo y en un arrebato de celos os "muerda" en un dedo.

- Antes de acercaros a un estanque con patos, estad seguros de que vuestros dedos no se asemejan a una baguette recién horneada.

- Nunca, nunca, nunca, fotografiéis a un pato antes de las 20h., porque os arriesgáis a que los trabajadores de ese parque os estén mirando y se rían de vosotros, con unas carcajadas tan escandalosas como la mía.

- Si alguna vez os pica un pato cuando le estéis haciendo una foto y la gente que os vea se ríe de vosotros, no os preocupéis por el dolor y la humillación; el primero, pasa en media hora; la segunda, en cuanto os quedáis mirando fijamente a esas personas, que se han reido de vosotros, y les decís muy serios: "sabéis que el karma las devuelve, ¿no?". Como sean un poco supersticiosos ya les habéis dado el día.

martes, 7 de febrero de 2017

Dentistas, dioses del sexo oral

Ayer,  leí un artículo que me dejó ojiplática. Al parecer, los dentistas (en colaboración con los protésicos) nos hemos convertido en posibles dioses del sexo oral, ¡ahí es nada! Y todo gracias a un retenedor tuneado al gusto del consumidor (nunca mejor dicho). Ya imagino a los pacientes diciendo: " No, no, a mi mujer no le hagas una férula Michigan de esas. A mi mujer, hazle una de las que tienen paladar, que así matamos dos pájaros de un tiro".

Os voy a dejar parte del artículo por si alguno tiene interés y, aprovechando que se acerca el día de San Valentín, quiere regalarle a su novia una visita al dentista. A vosotras, si os ofrecen este regalo, ¡sospechad!


Leed, leed. "Un taiwanés decidió unir la odontología y el placer sexual mediante una prótesis bucal personalizada, con la que busca incrementar la satisfacción durante el sexo oral.

El curioso invento ha sido creado por Kuang-Yi Ku, un ‘artista’ que trabaja en Holanda y que combinó su experiencia como dentista, para desarrollar el Fellatio Modification Project (Proyecto para la modificación de la felación). El invento es un retenedor sexual(atrapador de pene, en román paladino) que promete llevar al éxtasis al que introduzca su miembro viril en la prótesis.

Pero, ¿cómo funciona? Lo primero que se debe hacer es una impresión en silicona que se adapte perfectamente a los dientes y al tamaño de la boca del que va a practicar la succión. A partir de esta impresión 3D, el dentista crea un retenedor con termoplástico al que se le agregan diferentes texturas para aumentar exponencialmente el placer durante la felación.



Así se coloca la prótesis.

El portal científico NewScientist ha indicado que la odontología siempre ha pensado en las funciones básicas que tiene la boca como lo es la estética, la capacidad de masticar y la pronunciación. Pero, se les ha olvidado una actividad más placentera, la sexual, por esta razón Kuang-Yi ha diseñado el Fellatio Modification.

El creador taiwanés espera que su invento, expuesto en la Science Gallery del King´s College de Londres, empiece a evolucionar, con la ayuda de otros colegas de profesión, y se le pueda agregar tejido vivo para poder tener una sensación aún más realista. ¿Lo logrará?"

Ahora, llamadme retrógrada, no me importa; pero yo me pregunto, ¿habrá algún dentista serio, amante de su profesión, dispuesto a colaborar con este 'artista', como lo llaman en el artículo? Como no hay cosas importantes que investigar e inventar, hala, fomentemos el sexo oral y las múltiples consecuencias que tiene para la cavidad oral.



viernes, 3 de febrero de 2017

Mi club de lectura

Mañana, 4 de febrero, acudiré puntual a la cita con mi club de lectura como vengo haciendo el primer sábado de cada mes, desde hace más de un año.

Ya os he comentado en alguna ocasión que soy una devoradora de libros, y siempre quise formar parte de alguno de estos clubs en los que se habla y debate sobre novelas, ensayos, poemarios... y sus escritores. Habitualmente novedades.

Conocí a Ester Folgueral, la coordinadora (periodista, bellísima persona y reconocida poeta a nivel nacional), hace bastantes años, en un recital de poesía. Cada mes, ella y el resto de jóvenes compañeras lectoras, y digo bien, jóvenes, porque la edad media debe rondar los 35 años, me enseñan algo nuevo. Somos una pequeña familia que ríe e intercambia opiniones y vivencias, en torno a unas cañas y unos pinchos que comparten mesa con nuestros libros y hojas de anotaciones, en La Obrera, un agradable café de la zona alta de Ponferrada.

Con este post, pretendo animaros a leer y a formar parte de nuestro club. Es muy gratificante conocer a gente nueva, que comparte tu afición por la lectura, y te descubre escritores maravillosos totalmente desconocidos para ti hasta ese momento.

Mañana, debatiremos sobre La Carne, de Rosa Montero. Y el primer sábado de marzo, también día 4, compartiremos esas cañas disfrutando de La España vacía. Viaje por un país que nunca fue, de Sergio del Molino. Os dejo el cartel que con cariño prepara Teresa cada mes para que os animéis y paséis a formar parte de esta pequeña gran familia.

Mi amigo Fernando, autor de Florentius y otras novelas históricas, siempre dice que lo mejor de escribir un libro es la gente a la que conoces por ello. Yo, desde aquí, digo que lo mejor de haber entrado a formar parte de este club de lectura, es las fabulosas personas a las que he conocido y que, hoy, puedo considerar mis amigas.

¡Animaos y comenzad a leer La España vacía!







miércoles, 1 de febrero de 2017

Limpieza de coche y lo que no es coche.

¿A qué grupo de personas pertenecéis, al de los que lavan el coche ellos mismos con el rodillo (o el agua a presión); o por el contrario, al de los que lo llevan a un establecimiento y se lo dejan impoluto?

Yo, me incluyo en el primer grupo. Es muy cómodo acercarse hasta una gasolinera, posicionar el coche en los railes, meter la fichita que has comprado previamente y ¡listo!

Ayer, mi padre me preguntó a ver si no me daba vergüenza tener el coche tan sucio (en mi defensa, he de puntualizar que por dentro está como nuevo, y lo de fuera es debido a las lluvias de diciembre y la sal para derretir la nieve). Mi reacción fue encogerme de hombros y dudar; total, lleva en el garaje un mes, ¡y lo que le queda jaja!, pero se me ocurrió asentir a su proposición de ir a lavarlo. ¡Ya podía haber dicho que no, ya! Pues me llevé de regalo una limpiza facial que nada tuvo que envidiar a los chorros curativos del más prestigioso balneario español.

Los rodillos no funcionaban, por lo tanto, mi padre se ofreció voluntario para lavármelo con esas mangueras a presión a las que le tengo pánico, porque me da la sensación de que voy a salir volando detrás de ellas, como tantas veces le ha pasado al gato Silvestre en los dibujos animados, cual globo que pierde aire.

Mi padre, se puso manos a la obra y yo me coloque en uno de los laterales del coche, justo al lado contrario del que estaba él. De repente, un chorro invadió mi boca pillándome por sorpresa, grité: "¡papá!" (eso sí, muy espabilada no debo ser cuando no me movía del sitio) y el chorro invadió, entonces, hasta mi epiglotis. Reaccioné ya, apartándome hacia un lado y mirando a mi padre sin saber si reir o gritar (opté por la primera opción). Me miró sin saber muy bien qué ocurría y esta fue nuestra conversación.

- Pero tú, ¿qué haces mojada?

- Jajajajajaja... ¿yo? Jajaja... Si me has empapado tú jajajaja... Es a Jorge a quien tienes que lavar la boca con agua y jabón, que es el que suelta tacos ¡no a mí! Jajajaja...

- Ven, anda, sal de ahí que todavía te vas a resbalar otra vez. Pero, ¿dónde estabas? No te vi.

- Ahí, lo que pasa es que con lo enana que soy y el arma asesina esta de matar con agua, a diestro y siniestro...

- Sécate la cara, anda, sécate la cara. Que no aprendes, ¿no te pasó ya otra vez?

- ¡Claro, a ver por qué crees que me gustan los rodillos y cuando no funcionan el coche está lleno de porquería!